Asma Lamrabet y los feminismos islámicos

Conversamos con Asma Lamrabet, titular de la Cátedra de Estudios de Género, es médica, escritora e investigadora y en esta entrevista nos apunta las claves de los feminismos islámicos, así como su relación con el pensamiento decolonial, y la relación entre feminismo, Islam y modernidad, entre otros temas.

Asma Lamrabet apunta que existen unos valores universales compartidos, en la base de todos los feminismos: igualdad, dignidad, justicia, emancipación, autonomía...

Según Lambrabet, "cada feminismo debe tener las feministas que trabajarán a partir de su contexto determinado". Así, defiende el derecho de las mujeres musulmanas de tener su propio feminismo: "Somos feministas del Islam, musulmanas, porque hay una discriminación a partir del Islam".

- Imagen del Seminario de Feminismo Islámico, con Asma Lamrabet, en la Fundación Euroárabe.

  • ¿Hablamos de feminismo o feminismos islámicos?

Son feminismos islámicos, porque son múltiples, y dependen del contexto social, geográfico… Es como el feminismo occidental: no hay un feminismo occidental, porque ¿qué quiere decir occidental? El feminismo español no es el francés, ni el inglés, ni el de Estados Unidos.

Pero sí que hay unos principios que son universales, aunque existan diferentes modelos. Los principios son compartidos por todas las feministas del mundo: libertad, dignidad, autonomía, igualdad… Pero, en cuanto a los modelos, cada contexto debe tener su propio modelo.

  • Hay quien dice que el ser feminista es incompatible con ser musulmana. ¿Qué opinión le merece esto?

Los modelos son diferentes. Por ejemplo, el feminismo en Estados Unidos tiene distintos modelos: hay un feminismo que se conoce como el feminismo de las blancas, y hay un feminismo afroamericano. Asimismo, hay un feminismo de la teología de la liberación en América Latina. Hay un feminismo judaico, donde las mujeres están trabajando con los textos sagrados del judaísmo.

Así pues, cada feminismo debe tener las feministas que trabajarán a partir de su contexto determinado. Yo, como feminista que vive en Marruecos, el referencial islámico de la religión lo tengo como parte importante, por lo que mis argumentos los trabajo desde el interior de este modelo, mi país y mi contexto.

Es por eso por lo que tenemos el derecho de tener nuestro propio feminismo, porque si no, el feminismo universal sería un despotismo. Como un racismo académico, de decir que hay un solo feminismo y los demás no deben existir.

El feminismo chicano, LGBT, afroamericano… Todos ellos son feminismos con un adjetivo que siguen, partiendo de su discriminación. Lo mismo pasa con el feminismo islámico. Somos feministas del Islam, musulmanas, porque hay una discriminación a partir del Islam.

  • ¿Cómo se defiende la igualdad dentro del Islam?

Los valores principales de la justicia, la igualdad, la dignidad, la emancipación y la autonomía de la mujer, son valores universales.

No se puede decir que hay una igualdad islámica, igualdad china o de EE.UU. La lucha por la igualdad es la misma. Es igualdad de derechos entre hombres y mujeres.

¿Cómo trabajar para conseguir esta igualdad? Eso es lo que definirá cada modelo y cada contexto.

  • ¿Cómo se articulan la modernidad, el Islam y el feminismo dentro del feminismo islámico?

Debemos clarificar lo que es Islam y lo que es la modernidad, porque cuando hablamos de Islam, no decimos nada. Existe el Islam, como texto sagrado, la revelación y el mensaje espiritual. Pero también existen las interpretaciones, lo que llamamos el fiqh, la jurisprudencia islámica o las leyes, la sharia. Eso, todo, es el Islam. Hay un Islam institucional y un Islam espiritual.

Y la modernidad, ¿de qué modernidad estamos hablando? ¿De una modernidad occidental y europeo-centrista? Yo pienso que la modernidad debe ser universal, pluriversal, compartida por todas las civilizaciones y culturas, pues todas ellas han aportado algo a la modernidad que estamos viviendo hoy.

La temática de las mujeres dentro de estos dos ámbitos, el Islam y la modernidad, es el punto débil del Islam. Cuando hablamos del Islam histórico, de las interpretaciones del Islam clásico o tradicional, este sí es patriarcal. Tenemos un problema con las interpretaciones, pero no con la espiritualidad.

El mensaje espiritual del Islam es un mensaje liberador para las mujeres. Es exactamente como puede ser en las demás religiones monoteístas, el cristianismo, el judaísmo o el budismo. Todas ellas tienen un mensaje espiritual que es liberador, donde hay igualdad.

Pero los hombres siempre han tenido el monopolio de los textos sagrados y la interpretación. Eso se da en el Islam, también. Entonces, en el Islam se dio un monopolio de los hombres, que interpretaron un mensaje que era liberador e igualitario, desde su propio interés. De ahí la discriminación de las mujeres en el Islam.

Es por eso que hay feministas que trabajan a partir de los textos, para mostrar y disponer de argumentos en contra de la discriminación que ellas mismas viven.

  • ¿Guarda el feminismo islámico una especial relación con el pensamiento decolonial?

El feminismo islámico es un feminismo decolonial, porque tiene una historia de colonización, una historia donde la memoria de los musulmanes fue colonizada, así como su historia y su cultura.

La decolonización es muy importante. Un pueblo, para tener un progreso e ir adelante, debe trabajar su historia, y criticarla. Nuestra historia es una historia de colonialidad. Por ello, el feminismo decolonial es un feminismo donde el feminismo islámico ocupa un lugar muy importante.

Porque está contra el feminismo hegemónico o “universal”, que quiere hablar en nombre de todas las mujeres del mundo, pero más las del sur. El sur, que llamamos el Tercer Mundo. Las mujeres subsaharianas, las de China, de América Latina…, no entran en el feminismo universal, sino que forman parte del feminismo decolonial.

El feminismo musulmán también forma parte del feminismo decolonial, porque su principio es decir que las mujeres musulmanas tienen el derecho de hablar por sí mismas, de ser las actrices de su propia experiencia y su memoria, de tener el lenguaje, las estrategias y el pensamiento que forman parte de su contexto.

  • ¿Existe realmente una confrontación entre el llamado feminismo “blanco” u occidental y los denominados feminismos “de la periferia”, entendidos como los nacidos de los países en vías de desarrollo?

A mí no me gustan esos conceptos de “blanco” y “de periferia”, pero ahora mismo son conceptos académicos. Es verdad que nosotras, como feministas del sur, estamos en la periferia, porque hay eurocentrismo y racismo, unidos a la islamofobia que vemos.

Pero yo, desde mi parte espiritual, quiero un feminismo que trascienda todas esas rupturas, porque para mí, los objetivos y las finalidades son los mismos. Cuando hablamos de libertad, de igualdad y autonomía, son objetivos comunes. Me parece que hay que trascender esas rupturas y confrontaciones, y dialogar.

No podemos tener el mismo pensamiento, ni la misma aproximación, ni las mismas estrategias, pero sí podemos dialogar y entendernos.

  • ¿Por qué en occidente se sigue considerando el hiyab como una institución simbólica del patriarcado en los países árabes, en una perspectiva reduccionista?

Sí, es reduccionista, y es simplista. También hay un poco de racismo. Pero, del otro lado, yo soy bastante crítica con mi propia tradición, porque hay un discurso islámico hoy, que ha hecho del hiyab toda la identidad islámica de la mujer. Es decir, que dicen a las mujeres musulmanas que, si no se ponen el hiyab, no son mujeres musulmanas o son traidoras.

Es tipo de discurso, también en el lado islámico, es muy reductor. Reduce todo el mensaje espiritual y la belleza del Islam a un velo, que no tiene esta importancia en el texto sagrado.

El velo debe ser una elección para la mujer. Libre. Es decir, las mujeres que sienten esta recomendación y que quieren ponérselo, deben tener la libertad de hacerlo. Pero las que no quieren, deben tener también la libertad de no ponérselo.

El velo es una expresión de la espiritualidad, y no debe ser una expresión de la identidad, una identidad cerrada. Debemos dejar a las mujeres musulmanas elegir lo que quieren para su cuerpo.

  • ¿Qué opina de las movilizaciones feministas que se han convocado en torno al 8 de marzo este año, a nivel internacional?

Yo estoy un poco enfadada con el 8 de marzo, porque lo veo tanto en mi país como en otras partes, también. Se vive el 8 de marzo como una fiesta de la mujer. Yo veo que los hombres, por ejemplo, o las empresas, dan flores y regalos a las mujeres.

No queremos ni regalos ni flores. Queremos derechos. El 8 de marzo debe ser un día de conmemoración de las luchas feministas en el mundo.

  • ¿Ha fracasado el feminismo laico en los países árabes?

Sí que ha fracasado, pero este fracaso se ha debido a la noción propia de la laicidad, del secularismo, que fue instrumentalizada por el despotismo político. Es por eso.

Yo estoy con la laicidad, si la laicidad quiere decir neutralidad, la protección de todas las convicciones religiosas.

A mí me gustaría tener un feminismo secular, es decir, que tenga la religión como algo espiritual e individual, algo que cada uno pueda tener o no tener, ser ateo o creyente.

Pero el problema es que, en la historia del mundo árabe, el laicismo y el secularismo colaboraron mucho con el despotismo político. Es por eso por lo que fueron rechazados por la población.

  • ¿Podría recomendar algún libro o autor sobre feminismo islámico?

El libro de Zahra Ali, Feminismos islámicos, que resulta muy interesante porque recoge la visión de las feministas musulmanas de cada país, también en las comunidades musulmanas de Europa y Estados Unidos.

También hay un libro en inglés que se llama Men in charge?, que es de Musawah, una red internacional de feministas basada en Kuala Lumpur, en Malasia. Han hecho un trabajo interesante y muy importante. Estoy dentro de este libro colectivo, donde estamos deconstruyendo el autoritarismo masculino y la lectura patriarcal.

Algunos datos biográficos de Asma Lamrabet 

Es escritora e investigadora sobre cuestiones del feminismo islámico. Es presidenta del Centro de Estudios e Investigación sobre la mujer en la Asociación Muhamadia de Eruditos del Islam en Marruecos. Obtuvo, en 2017, el premio Gran Atlas por su libro “Islam y mujeres, las preguntas que molestan” y en 2013, el premio de la Mujer Árabe (categoría de Ciencias Sociales) por su libro "Las mujeres y los hombres en el Corán ¿Cualquier igualdad?".

Asma Lambrabet es licenciada en Medicina, y ejerce como médica en la actualidad. Desde 1995 trabajó como médico voluntaria en España y América Latina, concretamente, en Chile y México, durante ocho años. Fue allí donde entró en contacto con la Teología de la Liberación, que le hizo examinar su propia religión. 

En 2004 regresó a Marruecos, donde organizó a un grupo de mujeres musulmanas interesadas en investigar y reflexionar acerca del Islam y el diálogo intercultural.

En 2008, se convirtió en presidenta y miembro del equipo del Grupo Internacional de Estudio y Reflexión sobre la Mujer en el Islam (GIERFI), que cuenta con miembros y expertos de ocho países diferentes, incluyendo Reino Unido, Francia, Estados Unidos y Marruecos. Su misión es la de crear una nueva conciencia de mujeres musulmanas. 

En 2011, fue nombrada presidenta del Centro de Estudios e Investigación sobre la mujer en la Asociación Muhamadia de Eruditos del Islam en Marruecos. 

28 marzo, 2018 / María de la Cruz - Fundación Euroárabe 

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